jueves, 14 de febrero de 2019

Recuerdo ver las cajas.
Todas esas cajas apiladas unas encima de otras, extendiéndose más allá de donde la vista alcanzaba. 
Cajas grandes, pequeñas, de bordes irregulares, cuadradas, redondas, rectangulares, de un solo color y también de varios, de madera, de metal, de cartón y de piedra; eran simplemente demasiadas.
Las cajas impedían el paso. Mi mirada continuó su recorrido hasta mis pies, que levemente rozaban la primera de ellas. Era sin duda la más grande y robusta de todas. Pensé que eso podía deberse al hecho de estar mucho más cerca de mí que las demás.

Parecía una caja importante, una buena caja.
Así que la abrí.


¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces? No logro recordarlo, no consigo recordar nada en absoluto.

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