Apareció el don de Isis una jornada.
En el origen, la tierra era árida.
Agua, pura y cristalina
ahogó la pena, la frustración, el engaño, la rabia...
Si después la devolvíó con efecto, con más fuerza
¡Desgracia!
La inteligencia prevalece ante el corazón,
que lucha incesante por desatar su pasión.
Cierto día lo consigue.
Terrenos esteparios desolados.
Atisbo de "felicidad" a lo lejos.
¡Gran desgracia!¡Gran error!
Cansancio que presiona, que atrapa.
Ilumina su fulgor...
y al instante se apaga.
Vivir encerrado en la convicción de un futuro,
en el recuerdo de un pasado,
en la certeza de algo más,
en el rechazo de lo no grato.
Contrarreloj.
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