viernes, 30 de noviembre de 2012

Llanto seco bañado en ira


Espada de muerte en vaina de rosas.
Y su filo tajante partió en dos la vida.
Cortando la respiración.
Conteniendo un suspiro bañado en bronce.
¡Un grito de dolor!
En la noche se oyen quejidos
entre los árboles.
Sus sombras son negros esbeltos espectros.
Nocturnos danzantes
celosos de la luz,
del fuego, lo atractivo.
Anhelantes de un puro y espiritual suicidio.


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