domingo, 25 de noviembre de 2012


Desprenden las chimeneas el humo rancio de la jornada,
de los labores.
Horas y más horas, vidas extasiadas.
Escaecidos amores.

La noche y el frío calan el alma y los huesos.
La profecía del futuro, amores perecederos.
Uno a uno.

La lluvia corre, moja, empapa,
lanza insondables verdades,
susurra cantos ciertamente verdaderos

Se siente uno mismo como la posesión
de un compañero
Miradas y males.

Besos olvidados en el abismo de lo nunca novedoso,
Dulzura, la ilusión de un coloso.
Lluvia, amedrentado olor a tempestad.

Refugio perfecto que es el sueño.
Recuerdos de lo que añoramos amar.
Impedimentos, aceleración del olvido
Intrínseca mente expiatoria, un amigo.

El mar.

Oleaje, marejada de sensaciones.

Secular.

El oscuro atractivo de las pasiones.
Acertijos calmando hambrienta mente de saber.
Inocencia, comprensión y parsimonia. Vejez.

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