viernes, 30 de noviembre de 2012

Plata



Elementos convexos traicionando miradas
que buscan con ahínco una salida,
una solución al concepto de vida
que marca la existencia
de nosotros mismos.

Espontánea
la profunda mirada de plata que poco a poco rasga la muralla,
cercado del lustroso caballo blanco entrenado para carreras de muerte,
dolor y pena ilógica.

Débilmente mas no menos firme, erosiona cada piedra
como si en ello su vida fuera,
mas no es así.

Es guiada por el imprevisto y la casualidad confluyendo en Plata.
Hermoso mineral.

Ni el diamante compite, preso de enfermizo orgullo
por prestigiada belleza.
Plata sonríe.
Inocente.

Desconoce la crueldad del oro fundido en abiertas heridas.
Suplicantes de compasión.

Mitades hermanas con distintos caminos
lloran apenadas por la separación,
mas enérgicas por el deber y compromiso con su alma.

Y la razón tentando al corazón con supuestos tesoros morales.
Inventados e irreales.
¡Blasfemia!

Plata llora,
alguien la ha trocado por diamante
ya que brilla.
Plata sufre, ya no mira.

Seres responsables restauran a poquitos la muralla.
Colocan cada piedra.
A ojos de muchos maravilla.

Pero es cuchillo en cristal, fractura en hueso, valla en tierra.
Normalizando lo natural,
estableciendo leyes para lo innato.
Insensatez.

Tiene sueño el Sol, y anochece.
Mi amante “Diablo” es despertado
Y tristemente el pobre Plata duerme.

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